sábado, 11 de agosto de 2012

Historias de limbos y cuerdas de chicas rotas.

En el limbo del eterno
caos
el desquicio de las voces
que gritan sordas

El Amor
y la Muerte
se disputan como dos niños
las muñeca de porcelana que pende
de un hilo
apenas visible.

Le dijeron...
Le dijeron cual promesa
característica de la ilusoria fe
con que llenamos a las palabras
para crear y por crear creer
una respuesta.

Le dijeron que la cuerda es
lo único y el todo,
la fuente, la fuerza,
el fundamento.

Siempre intenté decirles que...
Pero lo insinué jalando de ella

la tensión
la pulsada
lo inevitable
lo impredecible.

Le arranco notas cuanto puedo
para recordarles el sabor de los sonidos

de las tensiones todas,
que son Eros y Tanatos,

para hacer temblar la fe de lo irrompible,
para hacer sentir el sentido de las cuerdas
que nos sujetan.

La quietud
lo estable
la rutina
las felicidades hechas materia

Algo en ello no es para mi.

La incrédula.

Me balanceo por el limbo.
Jalo, tiro, arranco cuanto puedo
un poco más
para probar
para probarme
que no toda esa creencia es humo
para probarles

que humo algún día será.

Me arrojo a los brazos de Eris.
Hija soy, hija seré del rigor.

Ellos ignoran por temor
a las parcas
mientras esperan quietos
colgando
pendientes
pendiendo
de una alegría lineal
que bien supieron definir.

Y yo sin saber
y así como soy, sabiendo
que nunca lo podré responder,
con el debido respeto por quien
nos mantiene
pero sin amor
( Eros se ha confundido de campo de batalla)

muevo
tiro
jalo
la cuerda
para balancearme
para hacer sonar aquello
que me une al mundo;
para romper yo misma la cuerda
que irremediable
habrá de ceder algún día;
robarle el poder a las parcas
o jugar a esquivar las tijeras de oro

porque solo así
seré de mi
y de mi misma.


¿Qué han hecho con ella
los dioses, jugando como niños?


Bienvenidos nuevamente a mi limbo!
las cuerdas nunca pudieron sostener

a las mujeres rotas

gracias.

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