martes, 4 de octubre de 2011

Piloto de carne : emociones impermeables

Cuando era chica ( o más chica)
una nena nena nenita
peque pequeña bonita

llovía
como todavía llueve
pero tal vez, la lluvia era distinta
porque era nueva
porque ahora
son gotas de recuerdos, tal vez
o tal vez siempre fue agua cayendo del cielo, como si nada.

hermosa antes
hermosamente penetrante ahora y tal vez .

y así de chiquita
tenía mis botitas
para lluvia, charcos, pasitos mojados
por las callecitas

y mi querido
bien amado
piloto

un piloto rojo divino
bien de nenita
que no es cualquiera.
Porque la nenita tenia el piloto de Minnie
rojo rojito
impermeable
casi como un saquito de señora grande ( como lo sería en ese entonces alguna chica de 17 19 20 o 24, todas iguales).

El paraguas no lo recuerdo
tal vez ni haga al caso
porque ahora ya no uso paraguas

ni tengo botitas
aquellas magnificas gotitas
me mojan la cara toda
mientras yo me rio de la gente corriendo con bolsas
para no mojarse

si supieran solo supieran
que la lluvia no es más que agua
y es más
mucho más.
Que miedo tiene la gente
de andar a cara lavada.

de mojarse el cuerpo
y pensar.

yo
ya no tengo mis botitas
ni mi piloto rojo de divina nenita rara

me abotono la piel al cuerpo
para esa
la vida cotidiana
un rato

Un piloto de carne
para despistar los deseos
para que no perforen
las palabras insanas
ni las ilusiones profanas
ni el mundanal desgano
ni una pena pena penita
con forma de gotita.

y si llueve se empapará mi carcaza impermeable
y desabotonaré mis costillas
bajarle el cierre
a lo que cubre la esencia misma

saltar sin las botitas
por los charcos
para empaparme
y empaparlos

de la autenticidad misma

de mi
la pureza

de mi
las gotitas
de las que todos corren.

de mi

esta que ves
la misma

quien viste y calza

Enchantez de vous connaitrez!

tal vez no me vean jamás
o tal vez
llueva de vuelta.

y cerrarse nuevamente el piloto.

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